domingo, 31 de marzo de 2013

Blues del viejo

¿Vale la pena escribir
cuando no hay nada?
¿Vale la pena dejar
un testimonio
o el dato puntual
de lo que no hay?

¿Vale la pena
la tinta gastada
el papel utilizado
los bytes quemados
en un epitafio
de la acción creadora?

¿Este aborto lingüístico?
¿El deseo de engendrar
y desgastarse?

¿El suspiro muerto en el aire
que nadie respira?

¿Ocultar que sólo soy?

¿De qué me sirve la lluvia
si no puedo escribir con ella?
¿Escribirla a ella?

¿De qué me sirves
si no te me decantas
sonido?

¿Por qué me eres tan inútil?

Y blues del viejo, nomás.

La noche que dijiste "no"

comenzaste un blues que no ha amanecido.

Y que Arjona se vaya al carajo. Junio de 1999.

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